UN TE QUIERO PROPIO

Una mañana de marzo, en un día de sol y de alegría, solamente había una persona en el pueblo, estirada en el suelo con los ojos cristalinos y la boca seca de tanto gritar. El chico al que quería se había marchado.
 La chica cada mañana esperaba en la plaza, la misma hora que le vio marchar esa mañana de marzo. Una mañana llego su hermana de trabajar y se la encontró llorando en su habitación, nunca supo el por qué pero desde el mes de marzo de hacía dos años que había cambiado completamente su alegría que antes iluminaba hasta una habitación ahora se había convertido en una tristeza insoportable que todo el mundo lo notaba aunque ella lo intentara evitar. Una mañana de septiembre ya habían pasado unos diez años ella se levantó con el presentimiento de que lo volvería a ver. Fue a la plaza pero su cara le cambió completamente le vio salir pero con otra chica ella se quedó muy impactada y le chillo.
 -Todos estos años me has hecho pensar que eras una persona interesante maravillosa y muchos otros adjetivos más, pero ahora que te veo siento haber desperdiciado tantos años pensando en ti y no haber disfrutado de la vida, pensaba que te conocía y que eras diferente. Pensaba que me dirías que fuera contigo y yo lo hubiera dejado todo pero no me lo dijiste y nunca se ha podido gozar con...un te quiero propio.