domingo, 11 de marzo de 2012

LA VERDADERA HISTORIA DE CAPERUCITA ROJA



Caperucita, era una niña de unos ocho años, de pelo castaño y rizado y ojos grandes y marrones que vivía con su madre. En una casa en un bosque en las montañas, al este de Francia ya que su padre se había muerto y sus hermanos se habían ido a la gran ciudad de Brénod.
Un día su madre le dijo que tenía que llevar una cesta de mimbre con unas frutas del bosque y unos pastelitos que había hecho ella misma a casa de su abuela, que vivía en la otra punta del bosque y que estaba enferma en la cama.
Pero lo más importante era que no tenía que hablar con nadie y menos con un lobo que siempre andaba por esos lares y que tenía el pelo largo y castaño, unos ojos grandes, unas grandes orejas, puntiagudas y un cuerpo grande y corpulento.
Así que, con miedo por lo que acababa de decir su madre se puso su caperuza de un color muy rojo y llamativo para que su madre la pudiera ver de lejos. Se fue adentrándose en el denso bosque hasta que en la tenebrosa oscuridad del bosque oyó un ruido, era como el aullido de un lobo, pero mucho más agudo. Por curiosidad se acercó desde la lejanía y vio que no corría peligro alguno. ¡Era un cachorrito!
-¿Quién eres? –Preguntó Caperucita-
-Soy Leo, un lobo, hace poco iba por el bosque, me caí por un barranco y…me perdí.
-¿Tus papás no te estarán buscando?
-Sí, pero me perdí y ahora estoy demasiado lejos. ¡No me encontrarán! -Contestó el lobo llorando.-
-No pasa nada, seguro que juntos encontraremos a tus padres.
Así que, Caperucita le dio uno de sus pastelitos al lobo y se lo llevó en brazos.
Y comenzaron a buscar a la mamá de Leo.
Tras unas horas buscándola, Caperucita se acordó de que tenía que llevar la comida a su abuelita. Así que como vivía cerca cogió a Leo y se lo llevó a la casa de la abuelita, lo que no sabían era que la mamá de Leo les había visto y que pensaba que Caperucita le iba a hacer daño a su hijo.
Así que les estuvo siguiendo y cuando entraron en la casa ella entró detrás. Comenzó aullar y reclamó a su hijo. Así que Caperucita intentó explicarle lo que pasaba. Pero la abuela, al no saber lo que estaba pasando, cogió a Caperucita y se la llevó a la parte trasera de la casa con Leo en sus brazos.
La madre de Leo, asustada, pensando que se iban a llevar a su hijo, le mordió en el tobillo a la abuela y esta se cayó al suelo. Caperucita, asustada, le lanzó un balde de metal a la cabeza de la madre de Leo, y Caperucita le respondió:
-¿Por qué muerdes a mi abuelita, no ves que te estábamos buscando para darte a tu hijo?
-Ah, sí, ¿y entonces por qué has huido cuando he llegado a tu casa? -Dijo extrañada la loba.
-Porque mi abuelita no lo sabía.
Entonces Ccaperucita le dio a su hijo y su madre le dio las gracias y le ayudó a curar a su abuelita y le dijo que si estuviera en problemas, que contara con ella.
Ilustración de James Sant. Extraida de Pinzellades al món.

1 comentario:

Unknown dijo...

¡Buena historia, Javier! Bien citada la imagen.