domingo, 6 de mayo de 2012


Diario a bordo
Querido diario hoy me he despertado a las 6:30 h, estaba emocionado porque me marchaba de crucero con mi familia. El barco zarpaba a las 9 h. Es la primera vez que viajo en un barco, soy el único niño de mi ciudad que a viajado en barco y eso me asusta un poco, pero cuando fuimos a consultar en la compañía de viajes nos informaron de que era totalmente seguro y eso me tranquilizaba bastante. A las 8 h, llegué al puerto, me quedé fascinado, era enorme, lleno de luces y había un montón de barcos que flotaban por el muelle. Los barcos de allí eran gigantes pero el más grande, el Titanic, donde viajaría yo.
Estuvimos esperando sentados en un banco durante 45 minutos, pero para mi me maravillaba la vista era increíble. Nos llamaron que acudiéramos a las puertas del barco, yo me emocione. Cuando subimos nos indicaron el camarote, era precioso, mi madre no me dejo salir de allí hasta que no coloqué la ropa, pero no me fui porque temía de perderme en ese barco y me quede allí. Sin pensarlo me dormí y no me levanté hasta las 12 h de la mañana. Fue mi madre la que me despertó y nos fuimos a comer. Cuando llegue al salón donde estaba el restaurante quede alucinado, había una comida que tenia una pinta de chuparse los dedos. También había un montón de gente sentada en las mesas y esperando a que les trajesen la comida, todos iban engalanados con ropas carísimas. Cuando acabamos de comer, nos fuimos al camarote para hacer la siesta, aunque yo no me pude dormir estuve dos horas pensando en el barco.
A las 16 h, mis padres se despertaron y nos fuimos a visitar el barco, era inmenso, y lo más bello era salir a la proa del barco y contemplar la puesta de sol que se iba escondiendo bajo el mar. A las 20 h, volvimos al camarote a cambiaros para el baile que había después de la cena. Pero…lo del baile ya te lo contare mañana.

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